Paciencia, paciencia, paciencia. La enseñanza de León
Me consultan por León, un gato rescatado, extremadamente miedoso y huidizo. La persona que consulta estaba muy preocupada por la falta de sociabilidad y la reactividad atemorizada del gatito. Me conecto con León y esta es la respuesta del gato: “Soy, aunque no parezca, un gato sumamente conectado. Sé lo que quiero y me dispongo a ir por ello. Me gustan los movimientos sutiles y suaves, tengo un aura grande, expandida, por lo que soy extremadamente sensible a los movimientos bruscos y rápidos. Puedo relajarme cuando me siento seguro. La operación me estresó mucho y todavía necesito un tiempo para recuperarme.
Vengo a enseñarte la aceptación de las cosas tal como son y de la confianza en los seres con quienes convivís y a quienes amás. Nosotros no somos “pobrecitos”, que no podemos. Todos quienes te acompañamos (humano, gatos, tortuga, erizo) somos seres capaces y poderosos. Por favor, miranos por como realmente somos. Sacate la lente de la falta de poder (de los demás).
Las cosas son verdaderamente perfectas tal como son, aunque sean diferentes a tus expectativas. Cada ser viene al mundo con una misión. La mía es ayudarte a que confíes. Aun con el virus, aun con mi timidez. Tu ayuda será (en general) muuuuuucho más potente si confiás en los seres a quienes ayudás y tu mirada está puesta en sus fortalezas en lugar de en sus debilidades.
Vine a enseñarte la paciencia y la confianza. Que confíes en mí, en mi temperamento y naturaleza y en el tiempo que necesito para terminar de relajarme. Soy como soy, no sufro, simplemente soy distinto a lo que te gustaría. Por favor, muévanse con movimientos más suaves, más cuidadosos y lentos. Cuando me voy, es porque se acercan un tanto brusca y rápidamente. Me gusta acercarme cuando yo elijo, no cuando vienen “de prepo” ni cuando me imponen una presencia. Me gustaría que respetaran los tiempos y mis espacios. Y la naturaleza suave de los movimientos. Si no, es como si me rasparan.
A veces de noche nos gusta correr, porque de esa manera liberamos energía, como hacemos en la naturaleza (en las casas estamos un poco cercenados de nuestra propia naturaleza salvaje)”.
¿Me tenés miedo?
No, no te tengo miedo. Soy un gato muy muy sensible y siento que tengo que estar todo el tiempo en alerta, sobre todo por los, a veces, movimientos más rápidos de lo que a mi cuerpo energético le gusta. Pero sé que nunca vas a hacerme daño.
¿Pensás que puedo hacerte daño?
No, sé que no vas a hacerme daño nunca. Siento tu amor, profundamente. Te estoy tan agradecido porque me hayas aceptado en tu familia.
¿Hay algo que no te gusta de mí? ¿o de Nacho?
Me gustaría que me dejaran manejar mis propios tiempos, sin forzarme a hacer contacto. Así como hay humanos más sociales que otros y algunos más huraños que otros, entre los gatos pasa lo mismo. Y no está mal. Y también que (al menos en mi presencia) sus movimientos sean suaves, lentos y respetuosos.
¿Te gusta que seamos tu familia?
Sí, me gusta. A veces me estresa un poco todavía la lucha por el territorio y por el afecto, que se da en casa, pero con paciencia sé que vamos a estar bien.
¿Sabés que te amamos?
No me cabe duda. Yo también los amo, no lo dudes.
¿Te hacen sentir mal Milo y Lola? Sentís que te excluyen?
A veces siento que necesito protegerme. Entiendo que Milo se sintió desplazado con mi llegada y como macho tiene derecho a defender su territorio. Yo llegué después. Lo entiendo. No me siento excluido, necesito tener mi propio espacio de seguridad, mío, sin que nadie venga a hincharme, ni a buscarme. Por eso a veces duermo con la tortuga, sé que ella no va a hacerme nada. Es lenta y suave en sus movimientos. Y cuando viene gente quiero poder quedarme solo.
¿Por qué te escondés cuando vienen visitas? Ellos quieren jugar con vos, acariciarte, darte amor. Si no te gusta, no hay problema, pero me gustaría que cuando hay extraños vos te sientas libre y no te escondas.
Porque no soy especialmente sociable con seres a quienes no conozco. No me gusta que cualquiera quiera acariciarme (¿a vos te gusta que cualquiera quiera acariciarte o tocarte? ¿Por qué a mí tendria que gustarme?). Prefiero resguardarme, soy tímido y me gusta la soledad. Soy simplemente un gato muy sensible y solitario. Disfruto mi soledad, aunque también, cuando yo elijo, me gustan tus mimos.. Me gustan los movimientos suaves y cuidadosos, cualquier otra cosa me impacta.”
Yo agrego:
Algunos gatos son solitarios por naturaleza, como él dice, (aunque pueden socializar y hacer amigos, a su propio tiempo) y necesitan tiempo para terminar de adaptarse a los ambientes humanos, sobre todo cuando hay mucha gente (u otros animales). O les viene a enseñar lo que les dijo. Con las flores vamos a ayudarlo a terminar de relajarse y confiar. Pero la que necesita confiar en él y en su temperamento sos vos.
Los animales vienen con misiones muy específicas a nuestras vidas y nos reflejan aspectos nuestros (tanto positivos como negativos). Son como espejos. Vemos en ellos partes de nuestro actuar en el mundo, de nuestras actitudes vitales. Si somos lo suficientemente valientes como para aprender de esta enseñanza, podemos ganar inconmensurablemente en conciencia y en evolución.
Unos días más tarde:
“Hola Vero ! Hoy León salió de su escondite mientras una amiga estaba en casa!
Estaba súper miedoso pero lo logró! Estoy feliz !!! Muchas gracias!!!”
Algunas semanas más tarde, su humana me escribe:
“León está muchísimo mejor. Si bien hace tiempo no toma las gotas, pide mimos todo el tiempo, y disfruta más estar a upa. se relaja. <3”