Los animales como facilitadores del proceso terapéutico
Quizás en el título podría haber cambiado la palabra "terapéutico" por la frase "de sanación a través del aumento de la conciencia". Creo que en definitivas cuentas, la terapia es un proceso a través del cual el consultante (o paciente, protagonista de su proceso, o como lo queramos llamar) se da cuenta. Se da cuenta de lo que es de verdad, de que sus aparentes carencias no son sino creencias que "compró" desde chico. La persona empieza a conectar con su verdad, con su poder, con su potencial de evolución y la manera de manifestarla en su vida cotidiana y trascendente.
El terapeuta, en estos casos, es un facilitador, alguien que acompaña (etimología de la palabra terapia: "acompañamiento") y que tiene una especie de linterna que ayuda a ver el sendero, fundamentalmente cuando la persona que consulta está en un estado de confusión y/o desequilibrio -mental, emocional, espiritual, vincular o físico- y a discernir lo que hay en él. Lo que es verdad y lo que es ilusorio (observando las situaciones desde una perspectiva más amplia, que permita comprender el sentido de las experiencias). Quien camina su camino es el propio consultante. Que puede estar de acuerdo, o no, con las propuestas que le hace el terapeuta, de "ver".
Los animales son seres que básicamente están en contacto con los instintos, las emociones, la energía y con la manifestación de los ciclos de la naturaleza. No hacen elucubraciones mentales (aunque por supuesto piensan, toman decisiones, se dan cuenta e, incluso, a veces hasta manipulan) ni retorcidas interpretaciones de la realidad. Un animal, entonces, conecta con "lo que es".
Creo que cada ser tiene en el mundo una misión de aprendizaje y un don único para ofrecer. Sí, todos: animales humanos y no humanos. Todos vivimos una existencia en cinco dimensiones: física, emocional, mental, social (o vincular) y espiritual. Cuando convivimos con algún animal, o estamos en contacto cercano con él en alguna actividad específicamente orientada al despertar de la conciencia, como una terapia o un taller de desarrollo personal o vincular, por ejemplo, lo que creo es que los animales funcionan como espejos que nos muestran con claridad patrones propios. Esto no significa, debo aclarar, que el animal no sea un ser individual en sí mismo (y miembro de una especie determinada), con sus propias cualidades, características y/o “problemas”, sino que aquello que nos pasa (a los humanos) en ese encuentro, habla de nosotros. Si somos capaces de reconocerlo y accionar para transformarlo (si hiciera falta porque nos resulta incómodo) tendremos la mitad del camino recorrido. En el 50% que falta interviene la mirada del terapeuta y la intención y acción del propio consultante.
Cada persona tiene situaciones, patrones vinculares o de comportamiento desordenados que le piden urgentemente acción cuando “ya no da más”. Los animales son extraordinarios facilitadores de ese proceso de conciencia, porque su naturaleza directa permite tocar, como decía antes, “lo que es”. No es necesario, desde mi punto de vista, “hacer que el animal haga algo”. Lo que generará solo, en respuesta a lo que percibe en su entorno y en su espacio vincular, será suficiente para despertar algo en la parte humana de la ecuación. Aquí es el terapeuta quien contribuye leyendo la situación y ayudando a la persona a encontrar la manera de reordenar lo que está fuera de eje. En cualquiera de las cinco dimensiones antes mencionadas.
Aunque, por supuesto, también en función de los objetivos terapéuticos específicos se pueden proponer actividades concretas que faciliten esos objetivos.
Si confiamos en la capacidad perceptiva de los animales y empezamos a confiar en la nuestra propia, tendremos la posibilidad de aprovechar lo que los vínculos naturales ofrecen en favor del desarrollo de la conciencia o de la evolución en el proceso terapéutico.
Hay diferencias entre el trabajo con los animales del propio consultante y el que se hace con los del terapeuta. Pero eso será objeto de otra nota.
Lic. Verónica Kenigstein
www.habloconanimales.com