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Los mensajes de los animales

Cuando un animal doméstico está manifestando un problema en su experiencia vital, en general está diciendo que no está encontrando en su familia algo de lo que necesita. Los humanos, al decidir adoptar a un animal, asumen responsabilidad por la vida de ese ser que viene a compartir su existencia. Los animales pueden tener problemas de distintas naturalezas: problemas físicos, emocionales, comportamentales o de vinculación. A veces (la mayoría), vienen a mostrarnos cuestiones de aprendizaje espiritual para los humanos.

En cuanto a los problemas físicos, si observamos con atención, muchas veces podremos detectar que el animal está “tomando” una enfermedad que “le tocaba” a su humano. Que ya había empezado a manifestarse o que por las características de su estilo de vida iba a comenzar a hacerlo en un futuro no muy lejano. El animal, como un inmenso acto de amor, toma esa enfermedad para liberar a su humano de ella. Aquí la tarea es que la persona se dé cuenta de esto, comprenda cómo y por qué empezó a suceder, su responsabilidad en el asunto y transmitirle al animal que lo libera de esa responsabilidad tan enorme y ese acto de amor desinteresado.

En cuanto a los conflictos emocionales o vinculares, la mayoría de las veces indican actitudes “erróneas” de los humanos: falta de seguridad, de liderazgo, de atención, de límites, de autoconfianza, de coraje, entre muchas otras posibilidades. Además, también cuando existen situaciones vinculares difíciles o desordenadas, los animales lo manifiestan muy claramente.

En muchas oportunidades, a los humanos les cuesta aceptar eso que sus animales están diciendo. Fundamentalmente, porque les muestra como en un espejo algunas de sus propias partes más oscuras, que están en la sombra, que cuesta asimilar: actitudes, emociones, maneras de vincularse, responsabilidad (o falta de ella). Esto ocurre porque ellos no tienen dobleces, ni rebusques mentales. Son simples, verdaderos, y sus actos nos reflejan.

En general, mi sugerencia para las personas, cuando traduzco los mensajes de los animales que piden ayuda a través de ellas, es que escuchen lo que tienen para decir (aunque en principio no les guste o no les resuene). Mi responsabilidad al hacer el trabajo que hago es estar muy limpia, descontaminada y con el canal abierto, para recibir los mensajes que los animales me transmiten y que esa información, al ser tomada como clave para la evolución y el bienestar, sea útil, porque funciona como palanca para el autoconocimiento, el mejoramiento personal y es una vía hacia una vida de mayor paz y armonía para toda la familia.

Verónica Kenigstein

www.amorentrespecies.com

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